martes, 27 de agosto de 2013

Mitos de la Actividad Física: Las Agujetas



Quien no ha tenido esa aparición de dolor muscular horas después de realizar un ejercicio intenso o prolongado fuera de lo habitual, o tras un período sin realizar ejercicio físico continuado. Estas molestias con dolor se conocen como agujetas, y desde el punto científico se les denomina dolor muscular postesfuerzo de aparción tardía (delayed onset muscular soreness - DOMS - ), porque aparecen a partir normalmente de las 24 horas después de finalizar el ejercicio y pueden permanecer has casi 7 días después dependiendo de las personas, condiciones o actividades.





Tradicionalmente las agujetas se han explicado mediante la teoría de los cristales de lactato. Esta tenía su base en la gran producción de ácido láctico ante esfuerzos intensos, que se acumula en el músculo o en su zona musculotendinosa, donde llega, incluso, a cristalizar. El ácido láctico es un producto que se genera en el músculo ante esfuerzos intensos como resultado de un proceso metabólico que le permite obtener energía en poco tiempo. La explicación conllevaría la aceptación de que se producirían múltiples microlesiones sobre el músculo por los pequeños cristales o agujas de lactato, de ahí el sobrenombre popular de agujetas.
Esta, tan aceptada durante décadas, teoría cayó en desuso al comprobarse que el lactato sale pronto del músculo, y va a la sangre donde es eliminado en los minutos siguientes al ejercicio, en un proceso que se ha completado en alrededor de una hora.


La investigación ha demostrado que el origen de las agujetas es la práctica de actividades donde predominan las contracciones excéntricas (aquellas donde el músculo se alarga a medida que desarrolla tensión, al contrario que las contracciones concéntricas), ya que generan tensiones muy elevadas en el músculo, cuya repetición en una persona no entrenada provoca la ruptura de estructuras musculares, en la unión musculotendinosa y en los tejidos conjuntivos. Esto explica perfectamente que se produzcan mayores agujetas al correr cuesta abajo que cuesta arriba.


Tradicionalmente bajo la teoría del ácido láctico se utilizaba la ingesta de bicarbonato o el típico "agua con azúcar" con la idea de fondo de "arreglar" la mala metabolización de la glucosa que conlleva acumulación de ácido láctico. Ésto resulta el todo inútil ya que su supuesta acción es la de neutralizar los cristales de lactato y, ese precisamente, no es el proceso que provoca la agujeta.


Para prevenir las agujetas el único remedio será dosificar los esfuerzos de manera progresiva y gradual, comenzando sin prisa y sin buscar grandes avances en poco espacio de tiempo. El ideal sería la adecuación de las cargas de entrenamiento a las posibilidades de la persona, evitando cambios bruscos en el volumen, intensidad o tipo de ejercicios o actividad.


Para tratar de que las agujetas no tengan un efecto especialmente desagradable, una buena opción es hacer al día siguiente ejercicio físico o actividad similar a menor intensidad, pues ya existe cierta adaptación a ésta, limitando los ejercicios o movimientos de predominio excéntrico, las cuales provocarían mayor sensación de dolor.


La única medida algo eficaz para atenuar el dolor de las agujetas es el tratamiento de anti-inflamatorios no esteroideos (remedio poco recomendable y radical), pero jamás tomados antes del ejercicio ya que ni previenen ni atenúan el daño muscular. Tampoco la práctica de estiramiento después (o antes) de la sesión de entrenamiento parece tener capacidad preventiva del dolor, aunque su utilidad sí puede obtener una mejor adaptación y recuperación del músculo al ejercicio.


Área de Salud de Zagros Sports

lunes, 19 de agosto de 2013

¿Por qué es tan importante el desayuno?



Una buena razón para desayunar es el beneficio cerebral que recibimos. Otra razón es el daño que provocamos en nuestro cuerpo si decidimos ayunar por la mañana. Imaginemos el proceso: Suena el despertador y el cerebro empieza a preocuparse. “Ya hay que levantarse y estamos escasos de combustible”.




Llama a la primera neurona que tiene a mano y manda mensaje a ver qué disponibilidad hay de glucosa en la sangre. Desde la sangre le responden:”Aquí hay energía para unos 15 a 20 minutos, nada más”.

El cerebro hace un gesto de duda, y le dice a la neurona mensajera: “De acuerdo, vayan hablando con el hígado a ver qué tiene en reserva”. En el hígado se consultan la cuenta de ahorros y responden que “a lo sumo los fondos alcanzan para unos 20 a 25 minutos”.

En total no hay sino cerca de 290 miligramos de glucógeno, es decir, alcanza para 45 minutos, tiempo en el cual el cerebro ha estado rogando que por favor desayunemos. Si estamos apurados o nos resulta insoportable comer en la mañana, el pobre órgano tendrá que ponerse en emergencia: “Alerta máxima: nos están tirando un paquete económico”.

¡Cortisona, hija, saque lo que pueda de las células musculares, los ligamentos de los huesos y el colágeno de la piel!

La cortisona pondrá en marcha los mecanismos para que las células se abran cual cartera de mamá comprando útiles, y dejen salir sus proteínas. Estas pasarán al hígado para que las convierta en glucosa sanguínea. El proceso continuará hasta que volvamos a comer.

Quien cree que no desayunar tiene poca importancia, se está engañando: Se come sus propios músculos, se auto devora. La consecuencia es la pérdida de tono muscular, y un cerebro que, en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasa la mañana activando el sistema de emergencia para obtener combustible y alimento.

¿Cómo afecta esto nuestro peso? Al comenzar el día ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético, por lo cual el metabolismo disminuye. El cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos días, así que toma las medidas restrictivas más severas. Por eso, si la persona decide luego almorzar, la comida será aceptada como excedente, se desviará hacia el almacén de grasa de reserva‟ y la persona engordará.

La razón de que los músculos sean los primeros utilizados como combustible de reserva en el ayuno matutino se debe a que en las horas de la mañana predomina la hormona cortisol que estimula la destrucción de las proteínas musculares y su conversión en glucosa.

Decídase a desayunar, es más saludable y ayudará a controlar mejor su peso.


Área de Salud Zagros Sports.